«Mi madre era eterna como la luna. Viva o muerta, la madre o la ausencia de la madre siempre determinan la vida de una persona». Alice Sebold
La vieja que me acaricia
me regala una sonrisa
a rosas sabe la brisa
maravillosa delicia
Justo al tiempo de dormir
es casi un rito sagrado
esa imagen del pasado
que no dejé de sentir
Es real cuando sucede
ni sueño ni fantasía
es instante de alegría
el amor todo lo puede
Estás en mi corazón
en el alma madre mía
ya te recuerdo en tu día
que luce gris y tristón
Ningo
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