La muerte no llega con la vejez, sino con el olvido. Gabriel García Márquez
Por omisión fuiste olvido
ninguna preocupación
jamás te dieron razón
silencio duro, dolido
Nada que puedas hacer
resignarte en soledad
abandono sin piedad
disfruta tu padecer
Nunca prestaste tensión
al abuso sin pudor
esa carencia de amor
tan ajena a tu ilusión
Solo un castillo de cartas
derrumbado por la brisa
tan triste, ninguna prisa
cuervos aguardan que partas
Publicado por primera vez el Domingo, 26 de junio de 2011
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