La gente aguantaba que les mordiera un lobo pero lo que verdaderamente les sacaba de quicio era que les mordiera una oveja. James Joyce
Nombrarte ya nunca más
ese decir peligroso
el que turba al poderoso
ya jamás lo escucharás
La muerte de la opinión
el fin de los argumentos
arrasados por el viento
ni rastros de la pasión
Es pretensión del que manda
el dueño de la pelota
no juega el que no se anota
el que incumple su demanda
Será solo una intención
seguirás en tu camino
la verdad es el destino
que se sepa, tu misión
Publicada por primera vez el Martes, 24 de mayo de 2011
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