El verdadero mal de la vejez no es el debilitamiento del cuerpo sino la indiferencia del alma. André Maurois
Asunto que se acabó
insoportable pasar
tristeza puro penar
el sentido terminó
Dolores y sufrimiento
ya te niegas a seguir
punto final a vivir
finalizar el tormento
Adiós al viejo cargoso
al silencio en soledad
ni una pizca de piedad
tus ojos siempre llorosos
La soga busca su suerte
el banco que lo pateas
el cuerpo se balancea
en un instante la muerte