Llegaste a mí como brisa de primavera
en una calurosa noche de un verano sin fin
Te vi pasar y fui a tu encuentro
quedé prendada de tu forma de hablar
de tu forma de comprender mis sentimientos.
Nos despedimos con un hasta mañana
yo dudé que te encontraría de nuevo
pero volví a buscarte la noche siguiente
y ahí estabas parecía que me esperaras.
Mis noches se iluminaron con tu presencia
me acostumbré a ti y tu risa
me enamoré de tus tristes pero bellos ojos
se inundaron mis pulmones con tu brisa.
Como iba a imaginar que aquella noche
que tú, mi luz te apagarías.
Fue mi culpa soy consciente de ello
fueron las palabras que dije
y las que quedaron por decir.
Desde entonces prisionera soy de las sombras
y nada me importa.
Maria R