Las hojas caen...
Todo fue inútil…
Intenté treparme al olvido,
Pero tu nombre se colgó de mi alma
Y anidó allí, en lo más profundo,
Negándose por todos los medios
a abandonar su lugar…
Quise luchar, no resignarme,
Pero ya nada es igual,
Estoy un poco más cansado
De lo que llegaste a conocer
Y juro que no pude hacerlo…
Deseé alejarme…
Pero los vientos inicialmente no soplaron,
Y cuando por fin lo hicieron,
No fueron lo suficientemente fuertes
Como para remontar las toneladas de tristeza
Que se apoderaron de mis ojos
Al saberte lejos… y de otro…
Quise borrarte de mi memoria,
Pero tu nombre explotó en mi mente
Y las esquirlas que se esparcieron en cada uno mis actos
Me hicieron imposible olvidarme de vos…
Finalmente pedí, a la luz de mi razón,
Que me hiciera entender esta inutilidad de esperarte,
Pero cínicamente se apagó
y no pude volver a encontrarla.
Es que la oscuridad de mis ganas es tan grande,
Que, desde que te fuiste, ni siquiera
mi experta imaginación puede adivinar donde está…
Y aquí estoy…
sumergido en el delirio de querer y no poder…
perdido en la fantasiosa suerte estar vivo,
Solo, con mi otoño sin primavera,
Viendo el interminable desfile
de las hojas que, indiferentes,
caen día a día sin sentido…
Juan Leandro Alzugaray
Juan Leandro Alzugaray