Otra noche más sin poder tus sueños velar,
Ahora cada día al despertar, no imaginas la ansiedad que me da mirar por la ventana y mi cielo nublado esta,
Voy sintiendo como en mi pecho se produce una sensación que había dejado de sentir por mucho tiempo.
Una presión como la de un corazón encadenado por un ser muy amado, que lo han desechado
Al polvorín sin importar su sentir, escucho su crujir pues se esta quebrando,
Todos sus sueños le han frustrado, sigue palpitando quiere seguir amando,
Sentir recorrer la gota tan salada como el mar, el rostro que ya no vas a acariciar, impotencia al no poderla detener, así como a tu amor no pude comprender.
Una imagen incauta se escabulle por mi mente, muero al pensar que no me vas a amar, no soy esa mujer a la que vas a desear.
Tus manos tan fuertes y grandes que pueden lastimar, convertidas en seda y fragilidad cuando con ellas has de acariciar.
Te sabes camuflagear y tus sentimientos siempre reservar, tan callado y cautivador como el mejor cazador.
Así eras tu, observándome siempre, cada movimiento y cada palabra mía sin decir nada, solo mirar.
Esperaste el momento preciso para asechar, como una intrépida araña tejías tu plan
Eres un coyote cazador pues no me dejabas mirar lo que me iba a pasar.
Y ahora veme aquí, escribiendo esta carta de amor que aun siento por ti, aunque se que nunca me querrás tu a mi…
Reyna Judith Salazar Rangel