Confusión

Con el paso lento de una gaviota coja,

y el ligero vuelo de una tortuga, te escribo una carta con mis palabras.

En el velo de una novia solitaria te dedico un poema sin sentido,

Y en el mudo eco del universo de tu beso,

pinto trece almas con penas maquilladas.

Ángeles en la merienda de tu mesa, peinando su calva cabellera, y tú.

Despeinada, atizando la brasa de una cafetera de filtros de estropajo, manteniendo caliente la leche de los bueyes.

El atardecer en tu casa empieza encendiendo un foco,
estirando las cobijas de la cama y dejando caer el pijama,
dejas ver apenas milímetros de verdad.


Los ángeles calvos, en tu sueño le roban la comida a las almas apenadas.

Y a ti, consiente, alerta, vivaz; conmigo deshojas tan rápido como una tortuga la verdad de tú cuerpo mentiroso porque has dejado de tener dieciocho con maquillaje, para tener tus trece cariñosos.

Fernando Cáceres