Tormenta en el corazon
Esta mañana al despertar mire por mi ventana,
el cielo estaba más gris de lo normal,
un destello acompañado de un estruendoso sonido
dibujo lagrimas en el cielo que caían trepidante al suelo,
me entristeció por un momento ver como morían
al deformarse con la caída
pero al ver las flores bailar
me di cuenta que eran ellas portadoras de vida,
sacrificando así su propia existencia
por todo cuanto llamamos naturaleza.
El viento soplaba con gran fuerza
y algunas hojas de los arboles frondosos volaban lejos de su padre
se inventaban un nuevo destino, abriendose caminos entre la tormenta,
yo abrigado en mi cuarto abrazaba mi almohada
y solo miraba, solo soñaba,
ansiando esa libertad con la que las nubes así mismas se manejaban,
atravesando el paraíso celeste.
Rostros de extraños se veían a lo lejos agitados
tratando de huir del llovizno sin poderlo evitar,
sonrisa ironica al ver como pasan ante ellos desapercibidas
los milagros de la vida,
corren sin destino y a la magia parecen no dar cabida,
quieren subir alto y mas alto para mirarnos desde arriba
sin pensar cuan dura puede ser una caída,
se les ve apurados corriendo a ningún lado
y yo sigo aquí atrapado por los fantasmas del pasado,
reflexionando de lo bueno y de lo malo,
escribiendo una canción de amor
para oídos que están tan lejos de esta habitación,
entonces supe; también hay tormenta en mi corazón,
mas allá en la distancia,
en las montañas caen las centellas con tanta rabia
como las que a veces reflejan mis palabras,
que buscan expresarse, quizas desahogarse,
intentando comprender porque elije esa salida
aquellas almas suicidas, porque decirle NO a la vida,
tal vez por solo quedarse en cama mirando como yo desde la ventana
y no dejar que la lluvia sane sus heridas.
“Olvidar” tan fácil de decir pero tan difícil de lograr,
corazón triste ahogado en un mar de tanto llorar,
que renazcan sus raíces que vuelva a retoñar
y sintiendo como llueve dentro de mi alma,
solo queda la esperanza
de que después de la tormenta regrese la calma.-
el cielo estaba más gris de lo normal,
un destello acompañado de un estruendoso sonido
dibujo lagrimas en el cielo que caían trepidante al suelo,
me entristeció por un momento ver como morían
al deformarse con la caída
pero al ver las flores bailar
me di cuenta que eran ellas portadoras de vida,
sacrificando así su propia existencia
por todo cuanto llamamos naturaleza.
El viento soplaba con gran fuerza
y algunas hojas de los arboles frondosos volaban lejos de su padre
se inventaban un nuevo destino, abriendose caminos entre la tormenta,
yo abrigado en mi cuarto abrazaba mi almohada
y solo miraba, solo soñaba,
ansiando esa libertad con la que las nubes así mismas se manejaban,
atravesando el paraíso celeste.
Rostros de extraños se veían a lo lejos agitados
tratando de huir del llovizno sin poderlo evitar,
sonrisa ironica al ver como pasan ante ellos desapercibidas
los milagros de la vida,
corren sin destino y a la magia parecen no dar cabida,
quieren subir alto y mas alto para mirarnos desde arriba
sin pensar cuan dura puede ser una caída,
se les ve apurados corriendo a ningún lado
y yo sigo aquí atrapado por los fantasmas del pasado,
reflexionando de lo bueno y de lo malo,
escribiendo una canción de amor
para oídos que están tan lejos de esta habitación,
entonces supe; también hay tormenta en mi corazón,
mas allá en la distancia,
en las montañas caen las centellas con tanta rabia
como las que a veces reflejan mis palabras,
que buscan expresarse, quizas desahogarse,
intentando comprender porque elije esa salida
aquellas almas suicidas, porque decirle NO a la vida,
tal vez por solo quedarse en cama mirando como yo desde la ventana
y no dejar que la lluvia sane sus heridas.
“Olvidar” tan fácil de decir pero tan difícil de lograr,
corazón triste ahogado en un mar de tanto llorar,
que renazcan sus raíces que vuelva a retoñar
y sintiendo como llueve dentro de mi alma,
solo queda la esperanza
de que después de la tormenta regrese la calma.-
Pastor Bersares