Por que naciste de la húmeda turba
en fría mañana de luminosas nieblas
entre hojas de dorados, ansiosos, ñires
y presagios de fuego de soles del estío.
Tus ojos atraparon desde entonces
el color del bosque renacido
y el calor que tiñe de ocres el otoño
en colosal premonición adelantada.
Tu destino desde entonces está enlazado
en la sustancia inmaterial de la letra
y en el fulgor de llamas que te queman.
Por que el murmullo cadencioso de las lengas
cantaban el rumbo , sin quererlo, de tu vida,
aun antes , mucho antes , de haber nacido.
Salvatore Sosa