Te escribo desde la pasión que arde...
Desde el recuerdo desnudo... desde la tentación de tus curvas. transpirando mi delirio. Escucho tus susurros... se inflaman mis sentidos... y se revuelve mi razón...
Y es tu cuerpo...y sos toda vos. Tu pelo... desparramado que me hace cosquillas. Tu frente tibia... tus ojos que parecen extenderse sobre tu cara... tus labios que me mojan... tus dientes entre tus labios que muerden el placer. tu lengua y la mía asaltando nuestras bocas... escandalizándolas... haciéndolas su esclavo. Tus ojos que me acechan... y tus pechos tranquilos y erectos son una dulce sensación que me invita a saborearlos...
Y es tu cuello... es tu espalda lisa. que llama a la caricia. Y son tus brazos que tiemblan alrededor de mi cuerpo. Y son tus piernas... juntas... atemorizadas...
Y es nuestra pasión insaciable. El roce de nuestros cuerpos que nos hacen sentir lo más parecido a descargas eléctricas entre ambos.
Y es la fusión de nuestros sexos... la plenitud del gozo...
Ponele un nombre a esta relación. Llámala: locura, incendio, inmensidad. Llámala: calma, aroma, tormenta...
Llámala, como quieras, pero nunca dejes de sentir la necesidad de contenerla, de disfrutarla, de vivir el placer de la manera que desees...
Gustavo Monti