Si en mil pedazos me parto,
y en mil pedazos me siento,
con solo verte dormido
con tu carita de cielo,
se me repara la vida
volviéndome el alma al cuerpo.
Desde que tuve memoria
hasta ya grande, recuerdo...
amaba tanto a mi padre
que en mi lista de prioridades
primero ÉL, después Dios,
y luego venia el resto.
No existía amor más grande!
pasara lo que pasase...
no podía imaginarme
que luego de ver tus ojos,
de sentirte entre mis brazos,
ya nada más me importase...
Cuando tenia yo tus años
ya jugabas en mi mente,
tu nombre estaba elegido,
soñaba con tu sonrisa,
te imagine parecido...
como ahora, en el presente.
El día que vos naciste
me hizo Dios un regalo,
sin reaccionar ante nada,
que gran susto que me diste!
poniendo mi mano en tu espalda,
te acurruqué... y reviviste!
Y cuando fuiste creciendo
ni respirar yo podía,
si es que no te estaba viendo,
pero te amaba tanto, mi vida...
que trataba de enseñarte
a ser libre... como el viento. Sé que a veces en mi afán
de protegerte y cuidarte,
me contradigo, y no están,
mis besos y mis caricias,
no te enojes, no es malicia
es solo exceso de amarte!
Cuando te miro, bebé,
acurrucado y dormido,
juro, no puedo evitarlo!
la ternura ya me invade
sintiéndote aún mi niño,
aunque te vea tan grande!
Te miro y te acaricio,
a veces sin despertarte,
se me anuda la garganta,
si hasta las venas me arden!
los ojos se me humedecen...
¿Cómo existe amor tan grande!
Aún puedo sentir tu peso
sobre mis hombros cansados,
paso a paso festejando
tus chistes y desparpajos!
agarrado de mi cuello
y con voz feliz cantando...!
Y si mañana partiera...
por que esa es la ley de la vida,
sé feliz!, libre!... y dichoso!
que con el alma te digo
que no existió mayor gozo
de que hayas sido hijo mío!
Si en mil pedazos me parto
y en mil pedazos me siento,
con solo verte a los ojos,
en tu carita de cielo,
se me repara la vida
volviéndome el alma al cuerpo.
Leonardo Esteban Cano