CUENTOS |
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Delirio -Buenas tardes -Buenas tardes, señor. ¿Que necesita? -No sé -Algo especial. Quizás un repuesto de un automóvil recién salido al mercado que no posee la concesionaria -No, en realidad no sé -Un vidrio polarizado, algún suplemento para ornamentar el vehículo. -No tengo vehículo estoy algo desorientado. No sé. -Alguna foto panorámica de las que tenemos para exposición y venta en la galería de la agencia. Una foto exclusiva de algún vehículo que haya hecho historia. -No. Tanto calor sabe -Sí, es un calor insoportable -Pensaba ... ¿por qué tanto calor? -Por el verano seguro -Sí, pero yo no tengo calor en la piel. La sangre está caliente. Voy a explotar. -Quizás la presión. -No, mi presión es normal. -Algo que lo haya excitado. -Y si, puede ser. -Usted vio, hoy las mujeres son una fiesta para los ojos, despiertan mil fantasías. -Si eso es cierto, despiertan mil fantasías -Pero señor ¿que desea? -¿Cómo se llama la chica del mostrador? -¿Cual de ellas? -Esa del top con generoso escote, minifalda de jean, labios rojos, cabello rubio hasta la cintura. -Ah, Cinthia. ¡Se llama Cinthia! una mujer muy bella -¿Puedo consultarle algo? -Por supuesto -¡Hola Cinthia! ¿Siempre es así de bella? -Perdón, no entendí -Le pregunto si es bella todo el tiempo -Señor yo no sé si soy bella, pero sí, soy así todo el tiempo. -Usted quiere decir, aquí, en la calle, en su casa. -Así es, aquí en la calle, en mi casa. Afirmó Cinthia con picardía -Que suerte Cinthia y yo tan feo -Usted no es feo. Es un hombre atractivo -¿Le parece? -¡Por supuesto! -¿Que tiene que hacer esta noche, Cinthia? -¡Nada! ¡Tengo la noche libre! -¡Qué suerte! Yo tengo que trabajar toda la noche arreglando autos de otros -¿Y? -Y, nada. Que usted es bella y con suerte y yo soy feo y arreglo autos de otros. -¿Y? ¿Eso es todo? -Bueno Cinthia no me acose -Yo no lo acoso. Usted es un delirante. -No Cinthia, Usted quiere tener una cita conmigo a toda costa -Usted está loco. Yo no quiero nada. Por favor retírese que tengo que trabajar -¡Ahora tiene que trabajar!, despertó mis instintos más primarios y escapa como si no hubiera pasado nada. -Yo no desperté ningún instinto, váyase de una buena vez. -Ya me voy. Todas son iguales, pura escenografía. Nada más que palabras, argumentos. Chau. Cuando lo pienses bien te vas a arrepentir. El perdido comprador dio media vuelta y se dirigió hacia la puerta de salida. Antes de atravesarla lo detuvo el dueño del negocio -Y señor ¿encontró lo que buscaba? -¿Qué buscaba? -No, sé. Usted sabrá -Eso, yo sabré, gracias -¡Totalmente pirado! murmuró el propietario del negocio a la vez que le decía al comprador perdido -Cuando sepa dígame. -Ah ya sé ¿dónde para el colectivo 60? -En la esquina -Gracias, ese micro me lleva directo al Conventillo, donde tienen toda clase de repuestos para automotores y me dijeron que atiende una rubia espectacular. -Señor, este negocio es El Conventillo. Usted se está burlando de mí -¿Burlando? no, sólo busco lo que necesito -Y que necesita -No, sé. Ningo |
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